Mantén una dieta equilibrada: Una alimentación rica en nutrientes esenciales (como magnesio, calcio y vitamina B6) puede mejorar el sueño.
Hidrátate adecuadamente: Mantenerte bien hidratado es esencial para un buen descanso, pero trata de limitar el consumo de líquidos una o dos horas antes de dormir para evitar interrupciones durante la noche.
Controla el peso corporal: El sobrepeso puede contribuir a problemas como la apnea del sueño, que afecta la calidad del sueño.
Evita el consumo de nicotina y cafeína: Ambos son estimulantes que afectan el sueño.
Incorpora estiramientos suaves antes de dormir: El estiramiento relaja los músculos y libera la tensión acumulada durante el día, preparando al cuerpo para el descanso.
Toma el sol durante el día: La luz natural, especialmente por la mañana, ayuda a regular el ritmo circadiano, mejorando la calidad del sueño. También optimiza la producción de melatonina, la hormona del sueño.
Haz ejercicio regularmente: La actividad física ayuda a dormir mejor, pero evita hacer ejercicio intenso en las últimas horas del día, ya que puede tener un efecto estimulante.
Practica técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda y el yoga son útiles para calmar la mente y el cuerpo antes de dormir.
Utiliza la aromaterapia: El uso de aceites esenciales como lavanda, manzanilla o bergamota puede ayudar a relajar el cuerpo y la mente, favoreciendo un sueño reparador.
Dra. Nilmaris Segarra Méndez
Medicina general, Master Reiki- Usui, Certified Energy Healer, Auriculoterapia
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